La primera mitad del libro me entusiasmo, llena de sensibilidad y de asombro ante los acontecimientos cotidianos de la vida a pesar ( o tal vez por ello) de un cuerpo lastrado por el dolor. Sin embargo el resto de la lectura elige otro camino, quiebra esa línea y me resulto difícil empatizar con lo que leía. Me recupere con el capítulo dedicado a Marguerite Moreno, con muy bellas emanaciones, confidencias y texturas olorosas.
"ELLA"
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