lunes, 31 de agosto de 2009

PEQUEÑOS CUENTOS MISÓGINOS. Patricia Highsmith.

Uno de mis libros favoritos, releído en multitud de ocasiones. Me atrapan sus relatos plagados de mujeres calculadoras, absorbentes, de feminidad insana, de mirada perturbadora y perturbada. En donde el hombre se asoma en ocasiones, como victima enamorada de estas mujeres de humanidad dudosa y obsesiva, hombres resignados y meros espectadores de la voluntad de su pareja, o aprovechados que aparecen tras el biombo, atraídos por la inmadurez mental de insinuantes formas de mujer, donde éstas terminan por sucumbir.
Incluso el primer enamoramiento de la historia de la humanidad esta dotado de un ambiente de ternura brutal, donde la mujer es un objeto que se deja hacer, cual musa pasiva, el medio para una creación tan luminosa como el amor y cuya voz no aparece a lo largo del texto. Una mezcla orgánica de luz, cinismo y dolorosa apatía femenina.

Mujeres calzadas fuera de estereotipos conservadores y puritanos, cínicas que nos miran con ojos entrecerrados y maliciosos, o inmaduras llevadas al extremo por sus apegos y obsesiones, para su perdición o la de su acompañante.



“ELLA”.

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